Baja Sur Farm & Beach

The sleepy coastal village of Todos Santos at the southern end of the Baja Peninsula is one of Mexico’s 36 pueblos mágicos or “magic towns.” It’s also a world-class fishing and surfing destination known for fresh-as-it-gets fish and sought-after swells. The semi-tropical waters are brimming with mahi mahi, yellowtail, marlin, and mackerel. Not far from the lapping waves is the Paradero, an austerely luxurious eco resort designed to immerse the visitor in the beauty of the surrounding landscape, with views of the sea, distant mesas and cactus studded desert, all set within 160 acres of family owned farms. Guest chef Eduardo Rios is at the helm of the property’s fine dining restaurant, where his farm-to-table menu makes use of the local harvest and the Paradero’s own market garden. Eduardo uses a traditional Oaxacan clay oven to turn out simple yet sophisticated dishes showcasing coastal Mexican cuisine. In our beach kitchen, Eduardo will cook us a feast of fresh fish and shellfish caught just beyond our seats—along with a bounty of indigenous vegetables and tropical fruits. While Eduardo tends to the meal, OITF founder Jim Denevan will be busy crafting his own version of beach art in the sand along the sparkling Pacific. If you’re looking for the ultimate Valentine’s Day experience, this may be it.

El tranquilo pueblo costero de Todos Santos, en el extremo sur de la península de Baja California, es uno de los 36 pueblos mágicos de México. También es un destino de pesca y surf de categoría mundial, conocido por su pescado fresco y su codiciado oleaje. Las aguas semitropicales de arena suave están repletas de dorado, cola amarilla, marlín y caballa. No muy lejos de las olas se encuentra el Paradero, un lujoso y austero resort ecológico diseñado para sumergir al visitante en la belleza del paisaje que le rodea, con vistas al mar, a las lejanas mesetas y al desierto cubierto de cactus, todo ello dentro de 160 acres de granjas familiares. Eduardo Rios es el chef invitado y está al frente del restaurante de alta cocina de la propiedad, donde su menú de la granja a la mesa hace uso de la cosecha local y de la propia huerta del Paradero. Eduardo utiliza un horno de barro tradicional oaxaqueño para elaborar platos sencillos pero sofisticados de la cocina mexicana de la costa. En nuestra cocina de playa, Eduardo nos preparará un festín de pescado y marisco fresco capturado justo al lado de donde nos sentaremos, junto con una gran cantidad de verduras autóctonas y frutas tropicales. Mientras Eduardo se ocupa de la comida, el fundador de OITF, Jim Denevan, se dedicará a crear su propia versión de arte playero en la arena del resplandeciente Pacífico. Si buscas la mejor experiencia para San Valentín, ésta puede ser la tuya.